domingo, 30 de octubre de 2011

El día que le devolví la jugada a la vida

Resulta que yo tenía un problema X, que no era realmente un problema de no ser por la intervención de alguien, que no tenia nada bueno que hacer, más que tratar de hacer que los demás se sientan tan miserables como él.
Resulta que en determinado momento, ese problema X llegó al limite de mi gran paciencia. Así que en un ataque de: "El problema no puede más que yo", decidí que debía acabar con ese asunto, pero no sabia como...
Días después resolviendo otro problema, fue que platique con alguien a quien acababa de conocer, y ese alguien me recomendó una solución para mi problema, solución que derivó en el problema X.
Por un momento dije : "Definitivamente no..."
Pero luego una parte muy irónica en mí se imaginó el escenario en el que yo me tendría que enfrentar con ese pequeño problema de una manera nada esperada, y de pronto sonreí maliciosamente.
Días después llegué puntual a enfrentarme con el problema, no me sentía nerviosa, no tenía miedo, tampoco me molestaba la idea, simplemente decidí demostrar que ese problema X no era un problema para mi, y sí era muy X.
Así fué como enfrenté el problema y me reí de haber pensando que ese problema podría causarme más conflictos, no era un problema y nunca lo fué.
De esa forma le devolví la jugada a la vida, quizas no sea lo mismo contarlo que vivirlo, pero vivirlo fue fascinante, porque aun ahora lo recuerdo y sonrio de la misma forma, no deje que el problema X me ganara, y de ahora en adelante cuando alguien mencione al problema X, no podré evitar sonreir igual que con muchos otros problemas anteriores, pensando que yo le devolví la jugada a la vida y apartir de ahora lo haré más seguido...

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